Hay grupos de música que nos acompañan desde la adolescencia y nunca nos abandonan. Toda la vida. Incluso tus círculos más cercanos, te relacionan directamente con sus canciones, con sus artistas. Y entendí lo que significaba la música de Babasónicos para una generación de argentinos cuando Guille me dijo que “fué el primer grupo que descubrió por sí misma”.
En mi caso, nunca había ido a un concierto suyo y solo había escuchado su música en contadas ocasiones. Pero cuando alguien te confiesa que el arte de una canción le ha llevado a disfrutarlo hasta en sus momentos más íntimos e inconfesables durante su adolescencia no puedes hacer más que querer descubrir por tí mismo el origen de tanta pasión.
Así decidí acompañar a mis amigos argentinos, a disfrutar del show que Babasónicos nos había preparado en Es Jardí. Ya desde mi llegada pude comprobar cómo el público ansiaba que “Dárgelos”, el carismático vocalista, empezara a entonar sus primeras palabras. Y justo cuando lo hizo las ganas y emoción estalló en gritos, saltos y nostalgia que acompañó a los presentes durante todo el concierto.
Desde mi perspectiva, más allá de sentirme un privilegiado por poder compartir una noche de tantos sentimientos a mi alrededor, me sorprendió lo cautivador que es el líder del grupo. Como, con pocas palabras, conseguía transmitir buen rollo y sensualidad. Pero sobretodo me entusiasmaron los movimientos, la versatilidad, la voz, la entrega, la pasión, el amor por la música que desprendía “Uma”, guitarra, coros, mezclas y mucho más.
El de ayer, fue un concierto con una ejecución extraordinaria, que transmitió buen rollo y buen rock de una banda que, aunque desconocida para quien escribe, se trata de un grupo consolidado y que demostró claramente porque es un referente del rock alternativo argentino. Pero solo me sorprendió a mí. El resto del público, aunque moderado en número, sabía a lo que venía y no paró de disfrutar en todo lo que duró el concierto.
Tanto, que se quedó con ganas de más. De hecho, el final pareció un coitus interruptus, porque muchos fans siguieron cantando en primera fila del escenario cuando el grupo ya había dado por finalizado el espectáculo. Mis amigos me explicaron que, realmente, habían echado en falta algunos himnos del grupo. Y ya lo decía Maradona: “llegar al área y no poder patear al arco es como bailar con tu hermana”.