¿ Quién en su niñez no disfrutó o quiso pasar un día en una charca, en el campo o en la ciudad, saltando y salpicándose con el agua y hasta poder contemplar su propio reflejo ?, En una charca se puede observar como los matices del día van cambiando, en el reflejo de la luz, en el agua, transcurre el día, puede verse muy cristalina o tal vez algo turbia, y contener colores como el turquesa, el gris y hasta verde, reflejando también un cielo de intensos colores que pueden pasar por el naranja, el azul, el rosa, el gris, y posiblemente el violeta. Atreverse a meter los pies, sentir la hierba o el asfalto dentro del agua, y también escuchar los pájaros y los diferentes ruidos que hacen los insectos que la rodean. Se puede “Pasar un día en una charca”, a través de las obras que el artista mallorquín Pep Coll expone hasta mediados de junio en el Taller i Galería D´ART 6a.
La calidez y armonía que sentí al visitar dos veces la exposición Pep Coll, me hizo tener curiosidad de hablar con el artista y conocer qué develaba esta maravillosa explosión de color. Pep Coll inicia la charla diciendo: “uno no elige las cosas, las cosas te eligen a ti” y es lo que le ha pasado con la poesía de Serguéi Esenin (1895-1925), y esto sucede en los años ochenta, cuando asiste a la presentación de un libro referente a varios poetas rusos, que fue traducido al catalán. A partir de allí ha estado presente en su vida este escritor, incorporando uno de sus poemas titulado:“ La confesión de un granuja”, el cual, se ha vuelto recurrente para Pep, afirmando: “hay cosas en la vida que se vuelven recurrentes y vuelven a uno”, y no necesariamente tiene que ser todo el poema, tan solo un aparte, que puede significar un gran momento vivido, el cual, en el pasado inspiro un gran tríptico que realizó después de estar hospitalizado varias semanas, una noche de esas interminables con todas estas luces que invaden los cuartos de hospital, viene a su mente tan solo un verso del poema:
“Luz azul! ¡Es tan azul la luz!
En este azul ni siquiera morir importa”
Y ahora, nuevamente el poema regresaba a Pep, algunas obras expuestas expresan tan solo un verso, y hay un verso en particular al que nos referimos en esta amena conversación con el artista, un verso que ha sido el guion pictórico para toda la exposición:
¿Acaso sus corazones no se helaban
cuando sus pies desnudos tocaban los charcos
del otoño?
Pep dice: “quién no recuerda de niño a su madre o padre decir no metas los pies en la charca” y ahora por qué no, dice: “quise imaginar pasar un día en la charca”, y plasmarlo en la obra con todo lo que acompaña este momento: los colores del cielo, el sol, la luz, los sonidos, los reflejos, los insectos que lo habitan. Esta exposición es una continuidad de algo que había quedado inconcluso, “una necesidad que tenía, porque el poema no necesitaba nada, era yo el que necesitaba”, afirma el artista, y el resultado es un estallido de color con una delicada puesta en escena, acompañada con una composición musical de Pau Mas Salom, creada especialmente para la exposición “La confessió d’un pocavergonya”, la pieza musical hace alusión a la vida en el campo.
Pep Coll, trae para esta exposición el color en todo su esplendor, a través de pinturas, acuarelas y obra gráfica, que invitan a detenerse, a soñar, a imaginar, al silencio, a ver la fragilidad a la que podemos estar expuestos. La abstracción, es donde Pep Coll se siente cómodo al momento de crear, sin saber porque cayó en la abstracción y vuelve a decir “las cosas te eligen a ti”, “hay que saber estar en silencio para poder reconocer lo que la vida te está mostrando”, aunque confiesa que lo que más disfruta es ver y conocer sobre el arte del renacimiento. Sus obras son armonía de color, un equilibrio en cada composición, libertad en sus trazos, algunas parecieran una pintura inacabada, detrás hay una profundidad conceptual que se enraíza en sus recuerdos y vivencias que las convierte en imágenes, expresiones artísticas
Pep Coll, no descarta que este poema regrese en algún momento a su obra artística, porque es un poema que lo ha acompañado muchos años y siempre queda algo por decir o algo por significar, no se sabe, tal vez otro verso sea la excusa, porque “hay cosas en la vida que se vuelven recurrentes y vuelven a uno”. La exposición estará hasta mediados de junio en el Taller i Galería DÁRT 6a.