En la popular serie The Big Bang Theory, Sheldon Cooper expresa su aversión al jazz debido a su “desorden” armónico y falta de estructura clara y concisa. De manera similar, el jazz, a menudo incomprendido, refleja el mismo caos que el Big Bang. La pasada noche, aquellos que comparten la perspectiva de Sheldon podrían haber tenido dificultades para entender la actuación de Concha Buika y Kiko Navarro en Inca.
Muchos asistentes al concierto llegaron con ideas preconcebidas sobre el flamenco de Buika y los ritmos eclécticos de Navarro. ¿Por qué unir a dos artistas que destacan por separado? La respuesta emergió anoche en Inca con un nuevo Big Bang musical.
Buika asumió múltiples roles en el escenario: predicadora, consejera, hermana, feminista, defensora de la libertad. Navarro, por su parte, se convirtió en un maestro director de orquesta, manejando hábilmente la batería, loops sostenidos y transiciones suaves. Juntos, compartieron el escenario con el percusionista Kiko Carmona, dos vocalistas femeninas, una trompeta y un trombón, creando un espacio que se sentía cada vez más pequeño ante la magnitud de su energía.
El repertorio incluyó temas como “Mama Calling” y “Silencio”. Buika no solo brilló, sino que eclipsó cualquier sonido, duda o momento, recordando a leyendas como Janis Joplin, Tina Turner o La Niña de la Puebla. Se atrevió incluso con “Muera el amor”, demostrando ser simplemente Concha Buika.
Anoche, Buika mostró su lado mallorquín: nerviosa, insuperable. Navarro, lejos de ser solo un DJ, mezcló con destreza, ofreciendo giros inesperados que mantuvieron al público enérgico y permitieron a Buika destacar aún más.
Hoy, Kiko Navarro tiene una cita en el Origen en Son Fusteret. No pude quedarme hasta el final del concierto; a las 00 horas abandoné el recinto del cuartel General Luque en Inca, ya que tenía un compromiso a las 8 de la mañana. ¡Viva San Fermín!