En todo final siempre hay un principio. En cada ruptura, un nuevo lazo. Esa es la naturaleza de los límites. Al final de la carretera, los caminos que se abren frente a nosotros son innumerables y misteriosos.
La inquietud por describir el recorrido del día a día está en el principio del proyecto en solitario de Javi, Cosmen. Así, sin más, sin Adelaida, pero con todos los demás. Cada canción es una búsqueda en la que participan nuevos amigos para encontrar hallazgos que generan nuevos relatos, historias sobre recorridos oscuros o luminosos.
Gracias a la libertad que le supone componer sin depender de nadie, el músico madrileño se interna en la producción de sus nuevas canciones, generando un sonido fresco en el que cada tema tiene identidad propia. Así Cosmen desafía al algoritmo de las redes sociales en la hipnótica “Superlike”, explora fenómenos paranormales en “El Baúl del Monje” o busca esa melodía de verano eterna en “La Canción Perfecta”.
Producido por Cosmen en Estudio 1884 junto con Pablo Fergus y Carlos Elías Caballero y masterizado por Guille Mostaza en Alamo Shock, la iniciativa en solitario de Javi no puede ser más acertada. Porque en cada final hay un principio y en los límites del cuerpo está la piel, y en los confines de su sensibilidad, la piel de gallina.