Los ojos de Shelley Duvall en El resplandor

El resplandor en los ojos de Shelley Duvall

Adiós a Shelley Duvall, la inolvidable Wendy de “El Resplandor” y rostro de Altman en los 70

Ha fallecido la actriz Selley Duvall, recordada sobre todo por su angustioso papel en “El
Resplandor”. Pero no hay que olvidar que antes de “El resplandor” Shelley Duvall fue una de
las actrices fetiche del gran Robert Altman. En los años setenta participó en muchas de sus
películas como el magistral western “McCabe & Miss Miller” (burdamente traducido en España
como “Los vividores”), “Nashville” ese fresco de la música country y sobre todo “Popeye”,
adaptación del personaje de animación, donde Duvall, más que interpretar, era el vivo reflejo
de Olivia, la desgarbada novia de Popeye.

Pero en la mitología popular Shelley Duvall siempre será Wendy, la esposa de ojos
desorbitados que huye de su marido a través de los siniestros pasillos del hotel Overlook.
En la imagen de “El resplandor” que ilustra este texto el matrimonio de Jack y Wendy Torrance
se dirigen, junto a su hijo, al hotel Overlook, un hotel de alta montaña donde tienen previsto
pasar unos meses. El hotel está vacío, es temporada baja, y el señor Torrance será el
encargado de su mantenimiento y vigilancia.

El matrimonio Torrance es un matrimonio normal pero algo no va bien desde que Jack entra en
contacto con el hotel Overlook. Durante ese viaje por carretera el señor Torrance se muestra
ausente y su mirada parece conectar mentalmente con el hotel Overlook. “El resplandor” es la
película definitiva sobre la gestación de la locura. Todo empieza en ese coche mientras Jack
Torrance conduce obsesivamente hacia un destino fatal y su mujer lo contempla con un mal
presentimiento.

Probablemente el personaje de Jack Torrance es el más aterrador de la historia del cine y sin
duda uno de los papeles más recordados de Jack Nicholson. Por aquel entonces el actor ya
había hecho mucho cine, clásicos contemporáneos como “Chinatown” o “Alguien voló sobre el
nido del cuco”, donde precisamente Nicholson fingía estar loco para poder ingresar en un
manicomio. Pero sin duda fue “El resplandor” y su director, Stanley Kubrick, quienes
convirtieron a Jack Nicholson en el perturbado más famoso de la historia del cine. Kubrick
describió con precisión quirúrgica la forma en la que el hotel Overlook iba tomando posesión
de la mente de Jack Torrance y nos dejó imágenes de pesadilla como esos primeros planos del
rostro de Nicholson con la mirada perdida, sumida en un trance macabro.

Hablar de Jack Nicholson en el “El resplandor” significa hablar también de Selley Duvall, su
compañera de reparto. Muchas de las virtudes de la actuación de Nicholson se deben al buen
trabajo de Duvall y viceversa. Porque la fragilidad de Duvall en la película engrandece la locura
de Nicholson. Ambos intérpretes se complementaron en un dúo perfecto. Tal vez el
matrimonio más mal avenido de la historia del cine.

Se cuenta que Kubrick presionó hasta la extenuación a Shelley Duvall para que gritara mucho.
Pero la grandeza de su papel en “El resplandor” va mucho más allá de sus gritos histéricos. La
fisonomía de Duvall parecía hecha para el papel. Una fisionomía de gorrión indefenso y un
rostro de gran fuerza expresiva. Duvall en el papel de Wendy interpreta a una esposa
bondadosa y emocional que se resiste a dejar de querer a su marido a pesar de su evidente
psicopatía. Hay en ella un cariñoso empeño por contentarle, quitándole hierro a sus bruscos
cambios de humor. Pero Wendy es inteligente y compensa su fragilidad física con una
inteligencia intuitiva y hábil capacidad resolutiva. No se puede decir lo mismo de su marido
que, cegado por la brutalidad, no da pie con bola.

Con “El resplandor” Shelley Duvall rubricó el papel de su vida. Un papel femenino lleno de
matices cuya aparente fragilidad termina por vencer a la sinrazón masculina.

Perico Gual

ITV Calvià
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