Cine sobre mujeres, cine de mujeres, cine para mujeres, cine con mujeres…en fin, el asunto va de mujeres. No me refiero a este texto sino al mundo en general. Una nueva forma de entender a la mujer que ha conquistado el pensamiento social contemporáneo.
El cine es un perfecto reflejo de este cambio de paradigma. Una nueva sensibilidad que algunos ya denominan la cuarta generación del movimiento feminista. En estos últimos años la cartelera se ha llenado de películas realizadas por mujeres que presentan un nuevo estereotipo femenino poderoso muy alejado de la mujer florero de otras épocas. Basta echar un vistazo a la cartelera para comprobar la amplia presencia femenina. Estos son algunos ejemplos de películas recientes que siguen en cartelera: “Rita”, la conocida actriz Paz Vega se estrena en la dirección con una película sobre la vida de una niña sevillana. “La virgen roja”, la directora Paula Ortiz continúa expandiendo su universo femenino con una película sobre una mujer que fue un referente de su tiempo. “Los destellos” dirigida por Pilar Palomero narra el reencuentro de una mujer divorciada con su ex-marido. “Soy Nevenka” dirigida por Icíar Bollaín trata un caso real de maltrato muy mediático en España. “Woman of…” la búsqueda de identidad de una mujer transexual. “Amal” sobre las vicisitudes de una profesora en un colegio de Francia. “La sustancia” un thriller de terror sobre una actriz que no quiere envejecer y por su puesto “La habitación de al lado”, la flamante ganadora del Festival de Venecia dirigida por Pedro Almodóvar sobre el reencuentro de dos viejas amigas.
Ante la imposibilidad de ver todas las películas anteriores me limitaré a comentar las dos que he logrado ver esta semana: “El llanto” y “La infiltrada”.
“El llanto” viene avalada por Isabel Peña, una sólida guionista y colaboradora habitual del director Rodrigo Sorogoyen. La película se promociona con mucha convicción como película de terror, pero lo cierto es que al menor descuido “El llanto” deja el terror de lado y se desvía hacia el drama doméstico con tintes de cine social. “El llanto” nos cuenta el misterio que rodea a una joven adoptada que a través de su teléfono móvil descubre el oscuro pasado de su familia. Una extraña figura masculina acecha en todos los vídeos y fotos que publica la joven en sus redes sociales.
Pedro Martín Calero se estrena en la dirección con una película de terror huidizo que quiere contar cosas profundas pero todo queda en el aire. Desde el mismo título se intuye que “El llanto” quiere hablar de emociones femeninas. Por eso la crítica no ha tardado ni un segundo en calificar “El llanto” como película feminista. Pero realmente se hace complicado localizar dicho feminismo. Lo único que queda claro es una indeterminada atmósfera opresiva. Una angustia femenina cuyos orígenes quedan muy mal explicados. Se agradece la voluntad del director por buscar nuevas fórmulas de terror, en un género obsoleto que se repite hasta la saciedad, estancado en el efectismo y el susto fácil. Pero si la mayor virtud de una película de terror es pasar miedo entonces “El llanto” es un fracaso total.
La premiada directora Arantxa Echevarría estrena “La infiltrada”, un apasionante caso real sobre una policía que pasó años infiltrada en la banda terrorista ETA. De nuevo una película de perspectiva femenina realizada por una autora muy implicada en el cine social. Para interpretar a la protagonista la directora elige a Carolina Yuste, una joven actriz cuya fuerza bascula entre la belleza racial y la severidad expresiva. Carolina Yuste ya trabajó en el género policiaco en “Hasta el cielo” de Daniel Calparsoro. Algo del estilo Calparsoro se adivina en “La infiltrada”, la primera película de Echevarría que se desvía del realismo social para adentrarse en el thriller clásico. “La infiltrada” es una película entretenida pero estereotipada. Al igual que en las películas de Calparsoro todo resulta remarcado y excesivo. Como ocurre a menudo en el cine español la historia transmite sobredosis de solemnidad. Los personajes están siempre enfadados y para ello cuentan con el mejor, el eterno malhumor del actor Luis Tosar interpretando al policía al mando de la operación. “La infiltrada” funciona como película de género pero falla en su vocación de realismo. Una película de trazo grueso y con una perspectiva tópica del conflicto vasco.